Era mi primer día caminando por
las calles de la epifanía. Me comprometí a cumplir mi labor de maestro, pero las señales que le
daba a mis soldados no eran del todo claras. Lo único que queríamos era que
todos estuvieran bien. Que no le hicieran daño al prójimo, que mantuvieran la
calma en cualquier tipo de situación social compleja.
Fue por eso que me reclutaron.
Esa fue la única razón por la cual acepté el trabajo. Pero hubo un problema
grave en el laberinto que nos llevaba hacia la sanación de la nave. Fue por eso
que tuvimos que estancarnos en ese planeta tan deteriorado y mal forme al que
llamaban Zardú. La realidad comenzó a volverse compleja y todos aquellos genios
que ahora trabajaban en pro de la liberación del oprimido, comenzaron a
escribir elogios a la depresión.
Imagínense ustedes a un pelotón
de científicos e investigadores, tratando de sobrevivir en un planeta extraño.
Siempre resultarían sacándose en cara todos sus títulos antes de intentar
sobrevivir a un ataque de seres nativos. No se enfocan en mantener los sentidos
atentos a cualquier tipo de vibración entre las hojas que nos rodean.
Tienen claro que están en una
selva. Intentan mantener orden y pulcritud, pero ante la mínima dificultad,
prefieren regresar a la nave para que el sueño suspendido los mantenga
esperanzados. Olvidaron que este mundo ahora les pertenece y que tienen que
tratar de vivir en equilibrio con él. La naturaleza sabe que nosotros llegamos
aquí porque así lo plantea el arquitecto, sin embargo ellos en su mundo de
ventanitas de cristal, están gastando la poca energía que queda en la nave, la
cual va a ser necesaria mientras logramos sintetizar los elementos necesarios
para repararla y continuar con el viaje.
Ellos mantienen la teoría de que
eso logra que sea más suave el viaje y hasta garantizan que los resultados se
verán reflejado en la calidad de sus investigaciones. Estoy empezando por empezar
a dejar de creerles. Estoy empezando a pensar que lo mejor es dejarlos solos.
Ya ellos tienen las herramientas para crear el prototipo. Yo me lanzaré a la
selva para ver qué encuentro y si existe la posibilidad de negociar con algún
tipo de nativo.
Pronto les enviaré una bengala para que vengan a buscarme en caso de
que lo necesite.
No hay comentarios:
Publicar un comentario